Lleno de sueños

martes, octubre 27, 2015

No paro, no dejo de divagar entre lo ambiguo y angustioso de esta, mi situación. Es como un miedo que se apodera de ti y empaña toda tu mente, y la verdad es que, no sé si es deseo, o es recuerdo, porque aunque intente dejar de pensar nada se opone, la yerba sobre la mesa, alcohol en la nevera, polen del vecino del 5to y del compañero de piso.

Aún así me arrepiento y no sé hacerlo de otra manera, simplemente me dejo. La mirada se me bloquea en la tele, en el canuto o en lo primero en que caiga la pupila. La mente se me empaña, como cuando tiras tinta en agua, poco a poco se me empiezan a aparecer sus ojos, así, rasgados  y preciosos, y luego su nariz, su piercing, sus labios, su barbilla.. y yo, inocente, miro hacia arriba y le veo la cara, completamente. Es tan extraño volverla a ver tan cerca... es lo único en lo que pienso. Lo peor empieza cuando las imágenes cobran vida y te hablan, y te recreas en momentos, situaciones y noches enteras que jamás hubieses deseado que acabasen y joder, eso duele, duele como para que se te empañe la mirada y se forme un nudo en el estómago.


Pero ya nada queda, solo esos pequeños momentos a solas contigo mismo y tu pasado, como si el pasado fuese parte del presente, porque en realidad, lo es, y lo será. Vivimos en un jodido presente-pasado que no me deja la mente en paz. 

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