Generación perdida

Somos la generación perdida, la que no encuentra remedio a su existencia, la que no puede resolver sus problemas internos porque nunca le han enseñado de la complejidad de los sentimientos ni de la dificultad de la consecuencia. Somos la generación en la que nuestros padres nos solucionaban la vida, la que estos mismos nos daban la libertad que desearon pero ahora no sabemos que hacer con ella. Somos la generación de la no autogestión, de la no habla interna, de la de no conocerse a sí mismo ni encontrarse, reconocerse y amarse: la bola mental interna que nos aplasta y no somos capaz de deshacerla cachito a cachito. Somos la generación del suicidio, de la autolesión, del vomito después de comer, de herirnos por huir de lo que no sabemos explicar, del odio irracional a nosotros mismos. Somos la generación de la alienación social, de las drogas por la integración y del ambiente inestable que nos impulsa a ello, de la perdida más absurda del yo pienso, yo existo, para pasar al yo creo pensar, yo existo por encima de ti y por debajo de mi. Somos la generación sobreinformada que no sabe administrar, tratar, ni transmitir toda esa información.

Somos la generación perdida porque no nos encontramos, a nosotros mismos, ni sabemos encontrarnos en los demás.